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BARÓMETRO PORCINO Número 85 enero 2022

Caminos divergentes 

Enero ha visto las primeras subidas de la cotización del cerdo en España desde el verano pasado. Después de las repeticiones de Navidad, la cotización avanzó a milésimas la segunda y tercera semana de enero para, en el final de ese mes, anotarse finalmente una revalorización cuantificada en céntimos. El comienzo de año ha sido un tanto singular, en el norte del país los retrasos de navidad se reabsorbieron a un ritmo más rápido de lo común, sea porque las fiestas de navidad cayeron en sábados y domingos, sea (sobre todo) porque los mataderos han acelerado el ritmo de matanza para aprovechar la baja cotización del cerdo. En el sur de España, la situación fue un poco más complicada, ya que allí oferta y demanda estaban mucho más equilibradas y mostraban una coyuntura más típica de la salida de festivos (oferta y pesos altos), con el añadido de que la variante Ómicron de la covid-19 ha afectado más a los mataderos de la zona centro y sur, mientras que en Cataluña y Aragón (donde se concentra más del 60% de la matanza española) los mataderos han mantenido unos buenos ritmos de actividad. Y esta sostenida demanda ha sido la que ha permitido una rápida reabsorción de unos retrasos navideños que ya eran, por fechas, inferiores a otros años. Así, durante el mes de enero se ha visto a los mataderos aumentando el ritmo de matanza y dispuestos a congelar carne, en un movimiento de demanda que ha acabado por mover a la baja los pesos medios y al alza los precios del vivo.

 

En el resto de la UE, la situación ha sido totalmente diferente. Lo más cercano a la realidad del mercado español ha sido Francia, donde la cotización del cerdo se ha estabilizado (milésima arriba y abajo), gracias a la mayor matanza que siempre hay al empezar enero, para servir las promociones de carne de cerdo que lleva a cabo el comercio. En cambio, en el norte de la UE ni siquiera se ha conseguido esa estabilización y las cotizaciones del cerdo han bajado, reflejando que la PPA y la covid-19 mantienen el epicentro de los problemas del mercado intracomunitario en esa zona: Alemania, con epidemia y pandemia, y sus países vecinos, presionados constantemente por la mayor necesidad alemana de vender la carne dentro de Europa.